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Café cool, con sabor a web
Vender café y sentirse como en Europa es, en suma, la manera en que se puede competir por un público de medios y altos ingresos y grandes aspiraciones.
Al menos así lo entendieron dos empresarios: Daniel Borovoy y Gustavo Ortiz, ambos de la carrera de administración de empresas, que decidieron unir esfuerzos y establecer una cafetería basada en un profundo estudio de mercado: Segafredo.
Aunque ambos se sentían seguros por contar con una buena inversión, pero sobre todo por los resultados iniciales de su negocio, se percataron de que no era suficiente tener un buen café, mesas más modernas y un buen ambiente, faltaba algo más: Una marca conocida.
“Nos dimos cuenta de que debíamos investigar más a fondo, no sólo en México, sino en otros países y de paso por Italia encontramos Segafredo Zanetti Espresso”, dijo Borovoy, “el cual nos impactó y sabíamos que en México igual gustaría por su estilo Café-Resto-Bar”.
Casi un año pasó entre arreglos con la franquicia y creación del primer Segafredo en Playa del Carmen, y en cinco años se expandieron a Mérida, Cancún, Polanco, Bosques de las Lomas y la reciente inauguración de Segafredo Zanetti Espresso Santa Fe.
El proyecto es que el próximo año sean ocho unidades en total, una de ellas en el Centro Histórico y otra más en el sur de la ciudad.
Después de cinco años y haber tocado puertas para poner una cafetería, ahora es al revés, “nos buscan para poner un Segafredo Zanetti Espresso en plazas, oficinas, edificios, etcétera. Es increíble el impacto que puede tener una marca.”, enfatiza Borovoy.
Aunque al principio el público pensó que Segafredo competía con Starbucks, la idea se ha ido, porque el concepto es café-resto-bar, es decir es una cafetería, restaurante y un bar, lo que da como resultado que en una mesa puede estar una pareja tomando una copa, en la contigua se puede estar trabajando en laptop con una limonada, pero al mismo tiempo se tienen vecinos con cuatro copas de vino, ensaladas, pastas y carnes.
“Por la tarde noche se reúnen chavitas sólo cotorreando, señoras de la zona tomando el café…, una mesa con unos paninis, otra con unas cubas, otra con unas copas de vino, eso es lo padre y la variedad que tiene el lugar, es un concepto mucho más completo.”